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Mi primera vez con una prepago
 

De las experiencias de sexo mas bonitas que he tenido definitivamente han sido con mi novia… hasta que conocí a Marcela… mi novia y yo nos desvirgamos mutuamente, fue algo sensacional, de lo que luego les contaré, pero siempre había tenido la curiosidad de conocer otra mujer y no por el hecho de tener dos mujeres (muy apenas puedo con la que tengo), solamente por saber que se sentiría hacerlo con otra dama…

Después de tanto pensarlo y de ver las nulas posibilidades que tengo de tener sexo gratis con otra mujer, ya que no soy físicamente atractivo, me decidí por la fácil: acudir a una casa de citas y hacer realidad mi fantasía con una profesional en la materia.

Me considero algo extraño al momento de elegir ciertas cosas, me guío por la apariencia, olor, color y dimensiones según sea el caso, en anteriores andanzas por las calles de mi ciudad, noté un local en segundo piso que tenia buena facha, “El Edén” se llama, y tiene una manta que dice: “te cumplimos tus fantasías, servicio 24 hrs, se solicitan chicas”… eran las 10:10 de la mañana, muy soleada y con una temperatura de 29 °C, calorcito rico y no solo en el ambiente, ese día había amanecido muy caliente, mi novia y yo hicimos un rico mañanero, oral y dos posiciones, genial… pero ese diablito no me dejó en paz, me di un baño con agua fría y no se me quitaba la calentura, estuve tentado a masturbarme en el baño, de hecho me hice unas 10 jaladas pero no me animé y ahí fue cuando me decidí a llevar a cabo mi plan; le hablé a mi jefe y le dije que tenía una emergencia y le pedía oportunidad de llegar un poco tarde, aceptó sin problemas y me dirigí hacia ese local.

Eran las 10:11 cuando estacioné mi coche, puse 2 pesos en el parquímetro y me dirigí al Edén, entro y me recibe una señora de al menos 45 años y pienso: “en la madre, creo que hay puras señoras grandes de edad”, no es que no me gusten, pero tenía pensado hacerlo con una mujer mas joven; total, me recibe con una sonrisa y me menciona la tarifa, en eso se asoman de un cuarto 2 damas, la primera era de al menos 40 años, chaparrita tez blanca, un poco gordita y vestida con un topo azul con una micro mini falda, se acercó y me miró, su aroma no era desagradable, pero no convenció su aspecto, ya que sonrió y le faltaba un diente… y entonces aparece ella… hasta ahorita caigo en la cuenta que definitivamente no era un forro de mujer, pero hubo algo que inmediatamente me llamó su atención: su mirada entre tierna y coqueta, su figura era la de una mujer rellenita, joven, pelo negro y un poco rizado, aprox. 1.65, menuda de espalda y de senos pudiera asegurar que era talla 32 B, pero lo que me terminó de convencer fue que era morena… mi novia es de piel blanca, por lo que siempre quise saber como se sentiría tener de cerca la vagina de una morenita… mientras todo esto pasaba, la encargada del lugar trataba de convencerme para que aceptara el servicio, no le entendí bien lo que me dijo, la morenita me había capturado, solo alcancé a oír que decía: “anímese joven, son 2 posiciones, incluye oral y penetración… anímese, total ya está aquí”… ¿Cómo dice? Le respondí con una sonrisa, ya que estaba distraído con la mirada de la morenita; la encargada me regala una leve sonrisa intuyendo que no me iba a negar y me dice: “ándele quédese, con cual de las muchachas va a pasar?, pero primero tiene que pagar por adelantado”… le respondí “esta bien”, le extendí el dinero y me tenía que dar cambio, toma el dinero y volteo a ver a la morena, me estaba mirando fijamente y le sostuve la mirada, se quedó seria y no hizo nada… “ahorita le entrego el cambio joven, con quien va a pasar?” me dijo la encargada, y le dije “con la morenita” y me encamino hacia ella… ella me mira y al ver que me acercaba giró sobre sus talones y me dice “sígueme, es por aquí”… llegamos a un cuarto que no estaba muy lejos de la recepción y me dice: “pásale, ahorita vengo, por mientras desvístete, no tardo”… me deja adentro del cuarto, lo cierra y es entonces cuando recapacito, que diablos estoy haciendo?, tengo una bella novia, el sexo es genial, nos llevamos bien, tenemos nuestras broncas pero nada que no tenga solución, pienso en salir corriendo de ahí y me encamino a la puerta, me detengo y pienso que es algo que debo vivir, saber como es estar con otra mujer, vuelvo a creer que no estoy en mis cinco sentidos, que en verdad es una tontería que esté haciendo eso; ya no hay tiempo para reflexionar, ella entra en el cuarto y comienza una breve charla:
Ella: no te has quitado la ropa?
Yo: no, es que estoy… mmmhh
Ella: no lo quieres hacer o estas nervioso?
Yo: no, si lo quiero hacer… mmhh.. lo que pasa es que… con la cabeza dándome vueltas por no saber que hacer, decido cortar de tajo todo tipo de remordimientos, era algo que necesitaba hacer, que lo ansiaba, lo había planeado con tanto detenimiento que no había vuelta atrás, era hacerlo y ya…
Ella: como dices?
Yo: como te llamas?
Ella: Marcela
Yo: Marcela… bonito nombre… lo que pasa es que me gustaría poder tener algo mas contigo… me mira extrañada…
Ella: como?
Yo: si, lo que pasa es soy muy curioso, quisiera poder acariciarte ahí, verte como eres…
Marcela: y luego?...

caray, en ese momento sentí una fuerza interior, algo que me hizo vibrar y que hizo que mi pene empezara a despertar…

Yo: entonces puedo tocar y ver sin ningún problema?
Marcela: claro, solamente que tienes que pagar una cuota adicional… me reproché no haber puesto atención a la encargada ya que no supe si mi acompañante me quería ver la cara o algo así…
Yo: y cuanto sería?...

me dijo la cuota y asentí casi sin pensarlo, creo que empecé a pensar con la otra cabeza la razón era que Marcela tenía un vestido de malla color negro, solo le cubría un top y una mini tanga del mismo color, se quitó la tanga y la puso sobre una silla que estaba ahí, apenas la había notado, quedó entonces su bajo vientre totalmente descubierto, su vagina se perdía por entre sus piernas y no la alcanzaba a ver bien… me desvestí rápido, solamente quedé en calcetines y noté que mi pene estaba medio flácido, sería porque solamente había estado con una sola mujer y no sabía que hacer, pero lo que si sentí es que ya estaba húmedo; Marcela se acercó y con la mano izquierda tomó mi pene y lo empezó a mover hacia un lado y otro y luego me empezó a masturbar muy lentamente, mi amigo no se hizo del rogar y claramente sentí que expulsaba ese líquido que le llaman preseminal y que tanto le gusta a mi novia… al sentirlo mas duro me puso el condón y yo me dejé hacer, acto seguido la acerqué hacia mi y puse mi mano sobre su vientre, tenía la piel suave y tersa, acaricié un poco y la bajé inmediatamente hacia su vagina, creí que estaba a punto de subir al cielo, introduje un poco mi dedo índice entre sus labios y noté algo duro, un piercing!, creí que ya estaba viajando al cielo… le pedí que me diera oportunidad de verla y tocarla y me pregunto si la quería sentada o recostada en la cama… hasta en ese momento me di cuenta de que era una rústica cama, o mejor dicho, era una base de concreto a manera de mesa y encima era una colchoneta color verde, todo en tamaño individual… le dije: “recostada en la cama sería mejor”, no se de donde, pero ella traía consigo una sábana, verde también, una caja misteriosa, un rollo de papel, una toalla y un tubo que al parecer era pasta de dientes, no sabía para que tantas cosas, en realidad con mi novia todo es mas fácil y sin tanto accesorio… en fin, acomodó la sabana y se subió al camastro, puso la toalla bajo su cabeza a manera de almohada y abrió ligeramente las piernas… contemplarla así fue un verdadero espectáculo para mi, ver su piel morena contrastar con el color de la sabana, con los ojos entre abiertos y mostrándome su rajita… no espere mucho para acercarme a ella, con el índice derecho le empecé a tocar, primero por encima, luego un poco mas adentro, quiso cerrar las pierna pero se lo impedí suavemente con mi mano izquierda, simplemente mi sueño empezaba a cumplirse; seguí acariciando sus labios y los apreté ligeramente con el pulgar y el dedo medio y salieron a relucir sus labios interiores que eran… simplemente preciosos, estaba casi totalmente depilada, por lo que pude apreciar que eran de un color mas oscuro que su tono de piel, quise besarlos pero no me animé, con la mano izquierda volví a empujar su pierna para abrirla mas y con el índice acaricié la entrada de su vagina, no se si fue mi imaginación pero creo que Marcela suspiró y gimió un poco, no quería penetrarla con mi dedo, solo quería verla mas, y lo logré… con los dedos pulgar y medio abrí los labios y acariciando su entrada con el índice lo subí un poco para ver que el tono de su piel cambiaba a un color rosita, un espectáculo único para mi, seguí acariciando suavemente por unos pocos minutos mientras le decía que era muy bonita, que tenia muy bonito cuerpo y que me gustaba mucho lo que estaba viendo… de repente sentí cierta humedad, no lo podía creer, me acerqué nuevamente para asegurarme y descubrí un hilo de un líquido lechoso salir de su conchita… no lo desaproveché y lo arrastre hacia su clítoris, la respuesta no se hizo esperar, gimió tan rico que no lo podía creer, creí que estaba en la entrada del cielo; cerró sus ojos y se retorció un poco, ese movimiento hizo que sintiera una vez mas que me salía mas liquido cristalino de mi pene y no pude seguir mas, le pregunté si me podía colocar arriba de ella para poder penetrarla y me dijo: “no quieres que te haga un oral?”… y le respondí “mejor no chiquita, porque si lo haces, soy capaz de venirme ahí mismo”… se sonrió, en verdad estaba tan excitado que pensé que no le iba a durar mucho… me dijo: “ok, súbete, pero déjame ponerte lubricante”, y abrió el tubo que parecía pasta de dientes… traté de bromear con ella y le pregunté : “crees que lo vas a necesitar?”, me sonrió y dijo: “solo es un poco el que te voy a poner a ti”; apretó el tubo y solo tomó un poco del liquido cristalino que salió del tubo y con dos dedos me lo extendió sobre mi pene encapuchado que ya estaba muy duro y listo para la acción… me acomodé para realizar la posición del misionero, subí un poco sus piernas y ella guió mi pene hacia su entrada… simplemente riquísimo, sentir como entraba la cabecita entre sus labios húmedos y luego sentir que su calor me estaba cubriendo era delicioso… no quise meterle todo, solo la mitad y me salí, otra vez hice el movimiento para entrar y otra vez llegué hasta la mitad… me sentí nuevamente en las puertas del cielo… froté la cabecita de mi pene sobre su clítoris y ella volvió a gemir, me incorporé ligeramente, tomé sus muslos y la jalé hacia mi, puse sus tobillos sobre mis hombros, seguí restregando la cabecita sobre sus húmedos y tibios labios, me sentí al mil, volví a penetrarla suavemente solo hasta la mitad, me volví a salir y volví a restregar su clítoris, volvió a gemir y se retorció un poco… volví a penetrarla lentamente hasta la mitad, cambié el apoyo de mi cuerpo y en lugar de utilizar las rodillas utilicé las puntas de los pies, con el empuje que hice sus piernas quedaron dobladas y sus rodillas casi le pegaban en sus senos, empujé fuertemente y mi pene llegó hasta el fondo, seguí el mete saca con mas fuerza pero sin ser brusco, ella gemía muy rico y sentí que mi pene entraba con facilidad a esa rajita húmeda y tibia… no se cuanto duré así, pero no me avergüenza confesar que no fue mas de dos minutos, estaba tan excitado que empecé a sentir que iba a eyacular, no quise forzar mi cuerpo a aguantar mi venida, simplemente me dejé llevar y tuve un orgasmo simplemente fenomenal… en verdad me creí en el cielo…

sentí que mi pene empezó a perder su tamaño e hice el movimiento para salirme, extrañamente ella me detuvo un poco y extendió su mano hacia mi pene, le pregunté con la mirada y solo dijo: “espérame, solo quiero ver si no se rompió el condón”, nunca he creído que eso llegue a pasar, si a una mujer la excitas y le provocas su humedad, entonces no debe haber mayor problema, aparte el lubricante hizo su función… me bajé del camastro y aproveché para darle la última vista a su conchita, se veía tan rica que provocaba comérsela a besos, su labios superiores hacían contraste con los menores todavía dilatados y en la entrada se veía un hilo de lechosa humedad… le ayude a bajarse del camastro, me agradeció levemente y se puso su tanguita, luego se la bajo y se limpió con un pedazo de rollo de papel sanitario que había colocado sobre la silla, me lo pasó a mi e hice lo mismo, no miento en decirles que estaba totalmente empapado de mi semen, a pesar de haber eyaculado 3 horas antes me pareció como si no lo hubiera hecho en días… envolví el condón con el papel y dispuse de otro tanto para terminar de limpiar a mi amigo… nos vestimos y ella salió del cuarto antes que yo pero antes de que cerrara la puerta le dije: “Marcela, me das un beso?”, accedió y nos besamos en las mejillas, “muchas gracias” le dije y cerró tras de sí la puerta; terminé de ajustar las cintas de mis zapatos, me fajé la camisa y me dirigí a la salida, ahí estaba la encargada que me vio y me dijo :”que le vaya bien joven, lo esperamos pronto”, dudé en irme, bien podía quedarme otro rato a seguir disfrutando de esa hermosa hembra… pasé a un lado de la encargada y al voltear hacia un extremo de la recepción ahí estaba Marcela, esperando a otro cliente y platicando en voz baja con su compañera, me detuve un poco y en eso volteó a verme, solo hice el gesto de despedirme con la mano y le dije adiós, ella sonrió y devolvió el gesto…

Fantasía cumplida… 10:35 de la mañana y ya estaba de vuelta en mi vehículo; fuera de mi relación con mi novia, estos han sido los 15 minutos mas cachondos que he tenido y dentro de mi creí que había estado en el cielo, pero no, solo había estado con Marcela en “El Edén”.

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